He abierto los ojos esta mañana y se me han venido estas frases a la cabeza: “Hoy me lo dedico. Hoy me cuido”. Como un mantra, la idea de regalarme un tratamiento, un masaje, un ritual de belleza se ha instalado en mi cerebro. “Hoy me toca. Porque me lo merezco. Me lo he ganado”. Y lo que es más importante: “Lo necesito”. Hoy voy a cuidar mi cuerpo y a calmar mi mente. Pero no vale sólo con pensarlo, hay que pasar a la acción

Hoy me cuido

Necesito un Spa

Me preparo un té y enciendo el IPad. “Vale. Hoy me cuido, pero ¿por dónde empiezo?¿Dónde encontrar lo que necesito? ¿Qué estoy buscando exactamente?”. Se me acumulan las palabras en los dedos y tecleo: “bienestar, salud, belleza, experiencia, relax, tranquilidad…”. Y todas ellas me conducen a la misma imagen: un Spa. De ahí la imaginación vuela hacia un lugar “cercano pero apartado de la ciudad, con piscinas termales, con sala de masajes, donde huele a esencias y se respira paz…”.

Me veo saliendo de un jacuzzi, envolviéndome en un suave albornoz calentito, tumbándome en una cómoda camilla… El olor a limpio me invita a relajarme. Una suave voz me pregunta: “¿Qué le gustaría hacerse?”. “Un tratamiento anti-stress responde mi boca sin que el cerebro haya tenido ni que planteárselo”. Al parecer mi cuerpo tiene claro lo que necesito. Sonrío y asiento, eso es: “quitarme el estrés, relajarme, recuperar el equilibrio”. Tenemos exactamente lo que está buscando… “Adelante respondo”. Hoy me cuido y voy a hacerlo bien. 

Tratamiento D-Stress

Durante 60 minutos, me entrego al placer más absoluto. Unas delicadas y templadas manos empiezan a recorrer mi espalda, deshaciendo cada nudo, disolviendo todas las tensiones, derritiendo cada partícula en movimiento hasta relajar toda la zona. Cuando ya estoy totalmente entregada al relax, las hábiles manos comienzan a masajear todos los músculos de la cara. Siento como recubren mis poros con un delicioso ungüento que oxigena mi tez. “Así la piel del rostro se verá mucho más luminosa y reluciente irradiando salud”.  

Desde la cabeza y el pelo, las manos se dirigen hacia los pies. La atención se centra en esta zona, masajeándola profundamente hasta llevarme a un estado de relax total. La hora de autocuidado más placentera que he tenido en mucho tiempo. Hoy me cuido” -me había prometido a mí misma- “y lo he cumplido”.

Desentoxica – Restaura – Hidrata

Hoy me cuido

“Bien hecho”, oigo que me responden. No sé si es mi voz interior o si las palabras corresponde a la delicada dueña de las manos que me han llevado hasta este placentero momento. “Acaba de someter a su cuerpo a una profunda terapia de oxigenaciónme explica. “Este ritual desentoxica e hidrata la piel del rostro y la espalda. Además de ayudarle a relajarse y a recuperar el equilibrio. Así es, me siento renovada, tranquila, lista para salir de mi ensoñación y volver a mi vida… Me he cuidado, ahora puedo seguir.

Salgo de Spalace con las pilas recargadas, el humor en su nivel máximo y las ganas de repetir esta experiencia única muy pronto. En una mano una bolsa de Natura Bissé para empezar a poner en práctica el autocuidado en casa con algunos productos del famoso atelier cosmético. En la otra, la agenda del móvil abierta. Y una cita marcada en azul para dentro de 15 días: “Hoy me cuido”. 

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